Las torceduras de tobillo suelen suceder con bastante regularidad, tornándose en una situación casi cotidiana para las personas. Sin embargo, las secuelas que puede tener un esguince sin tratar pueden ser más complejas de lo que creemos.
Los esguinces son accidentes que se producen de manera habitual, especialmente en la zona del tobillo. Sin importar su gravedad, estas lesiones requieren de un diagnóstico médico, pues así se puede definir un tratamiento adecuado para lograr una recuperación exitosa.
Un esguince se produce cuando los ligamentos que están alrededor de una articulación, que son las fibras fuertes y flexibles que sostienen los huesos, se estiran en forma excesiva. Éstos pueden dividirse en tres tipos, dependiendo del daño provocado:
¿Cuál es el tratamiento para un esguince?
Este tipo de lesiones, cuando son leves se tratan con reposo, aplicando frío, comprimiendo la zona y elevando la extremidad. Esto se conoce como el método RICE, por sus siglas en inglés: “Rest, Ice, Compression, Elevation” (Descanso, hielo, compresión, elevación).
Para recuperar el ligamento, se somete el tobillo a algún tipo de actividad suave y a un tratamiento kinésico que implique mejorar la fuerza de la musculatura y algunos aspectos de control neuromuscular a través del trabajo de la propiocepción. Los ligamentos y los músculos estabilizan las articulaciones, por lo que si se daña el ligamento, hay que reforzar los músculos.
Los ligamentos por lo general demoran tres semanas en recuperarse. Después de eso lo que se espera es que el paciente tenga la movilidad recuperada, que no haya dolor y que la inflamación haya reducido casi por completo.
¿Qué pasa si no trato mi esguince?
Una persona que no respeta el tiempo de reposo ni sigue el tratamiento kinésico indicado por un especialista aumenta en un 60% sus probabilidades de sufrir otro esguince.
El problema con este tipo de esguince es que puede derivar en una inestabilidad crónica del tobillo, lo que ocurre cuando un ligamento pierde sus características mecánicas y los músculos no responden de forma adecuada. Esto sucede con los esguinces grado 3 e incluso con los de grado 2, si no se tratan bien. En el caso del esguince de grado 1 la rotura es pequeña, pero si se repiten, se puede transformar en algo crónico.
A partir de esta inestabilidad crónica se pueden incluso desencadenar otras patologías más complejas, que comprometan otras estructuras como la artritis.